Edgar Allan Poe dejó un legado literario que se ha convertido en un punto de referencia constante para todas las artes y que aflora en autores tan variados como Baudelaire, Dostoievski, Cortázar o Stephen King. Autores de la talla de Matisse, Manet y Gauguin pintaron obras en las que plasmaban el rostro de Poe o imágenes de sus relatos, y el cine sigue rindiéndole homenaje año tras año. Su prosa es hoy un modelo clásico estudiado por todo aspirante a escritor de narrativa breve, y la huella de Poe en la literatura detectivesca y de terror es incuestionable. Este volumen incluye diez de sus mejores relatos, algunos de los cuales, como «La carta robada»o «El gato negro»son considerados piezas maestras de la literatura universal.
Edgar Allan Poe hijo de unos actores ambulantes de teatro, se quedó huérfano a los dos años. Fue criado por John Allan, un hombre de negocios rico, y educado en Inglaterra y Norteamérica. Su vida universitaria fue rebelde y libertina, en esta época es cuando el poeta empieza a beber, hasta que es expulsado de la Universidad de Virginia por jugador. En 1827 escribió su primer volumen de poesías, Tamerlán, en la que se denota una leve inclinación byroniana. En 1830 lo admitieron en la Academia Militar de West Point, de la que pronto fue expulsado. A partir de entonces se inicia su agitada carrera literaria.
Vivía al día, como periodista con un sueldo mediocre, pero estas actividades lo llevaron a conseguir muchos trabajos en calidad de colaborador y posteriormente, llegar a la dirección de numerosos periódicos, entre ellos el Southern Literary Messenger, el cual se convirtió bajo su dirección en el más importante periódico del sur. Por todos estos empleos recibía un sueldo mísero, pero a cambio le daban la oportunidad de publicar sus relatos, lo que le proporcionó fama