EDGAR ALLAN POE / BUENO ESPEJO, MARÍA (Ilustración)
Los relatos de terror de Poe son sin duda lo más característico y genuino de su obra. Para muchos críticos, se hallan entre «los mejores cuentos del mundo». Influido por la moda de su época y las pesadillas que sufrió desde su adolescencia, en ellos esconde una atmósfera macabra y enfermiza que contamina el ánimo de todos los lectores. Luis Alberto de Cuenca ha seleccionado los, a su juicio, diez relatos más terroríficos de Edgar Allan Poe, los más rotundos y perturbadores, para que María Espejo los ilustre a color con todo detalle. La lista la componen "Berenice", "Ligeia", "La caída de la casa Usher", "La máscara de la muerte roja", "El pozo y el péndulo", El corazón delator", "El gato negro", "El entierro prematuro", "La verdad sobre el caso del Sr. Valdemar" y "El barril de amontillado". El horror en estado puro, un territorio que rinde homenaje al sadismo necrófilo de un clásico.
Edgar Allan Poe hijo de unos actores ambulantes de teatro, se quedó huérfano a los dos años. Fue criado por John Allan, un hombre de negocios rico, y educado en Inglaterra y Norteamérica. Su vida universitaria fue rebelde y libertina, en esta época es cuando el poeta empieza a beber, hasta que es expulsado de la Universidad de Virginia por jugador. En 1827 escribió su primer volumen de poesías, Tamerlán, en la que se denota una leve inclinación byroniana. En 1830 lo admitieron en la Academia Militar de West Point, de la que pronto fue expulsado. A partir de entonces se inicia su agitada carrera literaria.
Vivía al día, como periodista con un sueldo mediocre, pero estas actividades lo llevaron a conseguir muchos trabajos en calidad de colaborador y posteriormente, llegar a la dirección de numerosos periódicos, entre ellos el Southern Literary Messenger, el cual se convirtió bajo su dirección en el más importante periódico del sur. Por todos estos empleos recibía un sueldo mísero, pero a cambio le daban la oportunidad de publicar sus relatos, lo que le proporcionó fama