De doña Ana de Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli, dijo el artista contemporáneo español Alonso de Coloma (15321607) que fue la única mujer «capaz de entretejer alrededor del cuello de todo un rey una soga hecha con pasiones que estuvo a punto de acabar con un gran imperio». No lo consiguió, si es que realmente fue su propósito, pero solo con el intento la princesa de Éboli logró hacerse un hueco en uno de los momentos más difíciles de la Historia de España, el reinado de Felipe II. Protagonista clave en ese ambiguo y para muchos inexistente Renacimiento español de la segunda mitad del siglo XVI, doña Ana de Mendoza cubre con este libro biográfico el hueco que tenía pendiente con la historiografía moderna. Heredera única de una de las estirpes más importantes de su época, los Mendoza, en sus manos también llegó a poseer una de las fortunas más grandes del momento. Hermosa, cordial, cariñosa, amable, y al mismo tiempo intrigante, ambiciosa, orgullosa, o codiciosa... son muchos los calificativos que se le pueden otorgar a la princesa de Éboli. la mejor prueba, quizá, de lo difícil que resulta definir a esta mujer a la que se le han atribuido amoríos con el propio monarca y, sobre todo, con uno de sus secretarios más importantes, Antonio Pérez. Una vez viuda, junto a él, doña Ana de Mendoza escribió una de las páginas más oscuras de la Historia de España, fijando con sólidos pilares algunos de los ingredientes más sustanciales de la llamada Leyenda Negra de Felipe II.