«A lo largo de toda mi vida me he sentido como una superviviente. Mi obstinada determinación de defender a mis hijos de todas las afrentas y mezquindades de las que fueron víctimas se convirtió en la triste excusa de mi existencia.» Así se confiesa doña Emanuela de Dampierre, esposa del infante don Jaime de Borbón y Battenberg, segundo hijo varón del rey Alfonso XIII y doña Victoria Eugenia. La discutida renuncia de don Jaime al trono de España hizo recaer los derechos sucesorios en su hermano, el infante don Juan, conde de Barcelona y padre del actual Rey, don Juan Carlos. De aquel enlace, llamado desde el primer momento al fracaso, nacieron dos hijos: don Alfonso y don Gonzalo. El mayor contrajo matrimonio con Carmen MartínezBordiú, nieta mayor y preferida del generalísimo Franco. Esta boda causó gran inquietud no sólo en el seno de los monárquicos, sino de la sociedad en general. Y es que don Alfonso, duque de Cádiz, se convirtió en «el posible recambio» del sucesor nombrado por el Caudillo. Doña Emanuela de Dampierre es, por tanto, no sólo miembro de la Familia Real española, a la que acompañó en sus exilios de Roma y Lausanne, sino testigo privilegiado de casi un siglo de la historia más reciente de España. En estas memorias, que no son ni quieren ser un ajuste de cuentas, relata sus vivencias pero también habla de su sentimiento de esposa decepcionada, de madre desgarrada por el doble dolor de ver a sus hijos injustamente tratados en este país y fallecidos prematuramente, y de abuela a la que el destino le arrebató a su nieto mayor, Francisco, y la convirtió en depositaria de un legado histórico y familiar del que se siente responsable ante su único nieto, Luis Alfonso, reconocido por la Maison de Bourbon como heredero al trono de Francia, tras la trágica muerte de su padre en 1989.