Vídeos, mensajes, fotos, series, pódcast, música, libros... Historias, en definitiva. La capacidad del ser humano de producir y consumir historias se encuentra en una cumbre desde la que cuesta mucho distinguir las hogueras junto a las que nuestros antepasados se sentaban a hacer exactamente lo mismo. Nunca antes se había creado tanto y, sin embargo, nunca antes nuestra capacidad de crear había tenido un enemigo tan peligroso a las puertas. A medida que aumenta la penetración en nuestras vidas de la tecnología, incluida la inteligencia artificial, aumentan sus riesgos, especialmente si no la comprendemos. La combinación de signos y la construcción de imágenes a partir de ellos que se denomina lectura, con la que se construyen jardines, barcos, castillos, selvas, océanos, diosas, infi ernos, odios, enamoramientos, mariposas, credos, mantras, poemas, sirenas y vampiros, utiliza la misma parte del cerebro donde germinan la imaginación y la empatía. Esta obra es una defensa de la imaginación, pero sobre todo es una defensa de la capacidad de crear y empatizar del ser humano para, si construir un mundo mejor r