«Federico Sánchez», que vivió en la clandestinidad la obediencia férrea a un partido granítico como el comunista, y Jorge Semprún, que frecuentó las altas esferas del poder democrático desde la total independencia de partidos y criterios, se funden definitivamente aquí para evocar juntos, con la conciencia de que la memoria es casi siempre testigo de cargo en los procesos de la Historia, esas vidas múltiples, paradójicas, que les tocó en suerte vivir. Desde la infancia acomodada en el madrileño barrio de los Austrias hasta el despacho de un ministerio, desde el campo de concentración de Buchenwald hasta las mil y una peripecias cotidianas en los pasillos ministeriales y gubernamentales, con sus grandezas y bajezas, el recorrido ha sido cuando menos azaroso y arriesgado. Siendo ésta una obra escrita desde la reflexión, no debe extrañar que huya del simple chisme, aunque, por supuesto, en todo momento cruzarán el texto personajes y anécdotas que ya forman parte de nuestra vida colectiva.
Jorge Semprún nació en
Madrid en 1923. En 1939 su familia se trasladó a París. Miembro de la
resistencia durante la ocupación alemana, en 1943 fue enviado al campo de
concentración de Buchenwald. Tras su liberación en 1945, ya afiliado al Partido
Comunista en el exilio, se entregó a una intensa actividad clandestina en
España. Entre 1988 y 1991 fue ministro de Cultura de nuestro país. Su labor
literaria ha merecido un amplísimo reconocimiento: el Premio Fémina en 1995, el
Premio Planeta (1997), el Premio de la Paz de los libreros alemanes (1994), el
Premio Jerusalén (1996) o el Premio Fundación Lara a la mejor novela en lengua
española publicada en 2003 por Veinte años
y un día.