Las obras de Francisco Nieva son un teatro de arte, tejido con los mimbres de una enorme cultura y una libertad de pensamiento absoluta, sin ataduras ideológicas, ni morales, ni religiosas, ni de clase alguna. Un teatro que reivindica sin ambages su condición artística y literaria, y que no se resigna a ser una mera exposición del pensamiento crítico de un autor que nos muestra, a través de diálogos funcionales, su visión del mundo. Su teatro transgrede y subvierte la realidad, las normas sociales, la lógica, la física, la anatomía y hasta la mismísima gramática para asomarnos a un universo alucinante donde lo más frecuente es lo imposible convertido en verosímil. En este volumen se incluyen cuatro de sus obras. Funeral y pasacalle, quizá la más autobiográfica, donde se representa la decepción de Grandío tras el rechazo de Ermelina, y su entrega sin recato al arte y a la orgía. Misa del diablo y Farsa y calamidad de doña Paquitas de Jaén son obras desenfadadas, donde Nieva, liberado de cualquier presión de tipo profesional y ajeno a los dictados de los gustos actuales, recobra su espíritu más transgresor y
FRANCISCO NIEVA nació en Valdepeñas (Ciudad Real) el 29 de diciembre de 1927. En 1942 se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de Madrid para estudiar pintura y en 1945 entró en contacto con el postismo, primer movimiento de vanguardia de la posguerra española. Entre 1948 y 1963 residió en París, donde recibió el premio Polignac por el conjunto de su obra artística. Tras residir un año en Venecia regresó a Madrid en 1964, y, salvo largas estancias en Berlín y Roma, ha permanecido afincado en esta ciudad. Su creación, centrada inicialmente en la pintura, se orientó también luego hacia la escenografía y dirección teatral y operística y la decoración cinematográfica. Su producción teatral le ha valido el Premio Nacional de Teatro en dos ocasiones (1980 y 1992) y se halla hoy reunida en los dos volúmenes de su Teatro completo (1991). Ha tenido además una relevante actividad como ensayista y articulista, reconocida con el premio Mariano de Cavia. En 1986, la Real Academia Española eligió a Nieva para la plaza de número vacante por el fallecimiento de Antonio Tovar, de la que tomó posesión en 1990. El conjunto de la obra literaria de Nieva obtuvo en 1992 el premio Príncipe de Asturias de las Letras. Su primera novela, El viaje a Pantaélica (Seix Barral, 1994), alcanzó extraordinaria resonancia, superada incluso a raíz de la aparición de la segunda, Granada de las mil noches (Seix Barral, 1994).