La cantante calva, la primera obra de Eugéne lonesco, fue estrenada en el Teatro de los Noctámbulos en 1950. La pieza produjo uno de esos escándalos habituales en París desde hace siglos. Dos años después, cuando Soupault, Breton y Péret vieron las obras de lonesco, le confesaron: Esto es lo que nosotros queríamos hacer . Puede decirse, pues, que el teatro de lonesco es la realización de un anhelo colectivo, y el éxito universal alcanzado prueba hasta qué punto así lo sienten las nuevas generaciones. Y es lícito reconocer en la real audacia de sus antipiezas, dramas cómicos, farsas trágicas o seudodramas de todas y de cualquiera de estas formas pueden calificarse sus obras de teatro, la ruptura con la lógica, la huida inexorable desde lo natural visible y la claridad de propósitos. El genio de lonesco pertenece esencialmente a la farsa, es el poeta cómico de nuestro tiempo, camo queda demostrado en !as tres piezas que presentamos.