Escrita en 1795, La filosofía en el tocador transgrede el alegre y ligero género de la novela libertina, muy común en el siglo xviii. Su enorme curiosidad por «los infiernos del alma» le conduce a penetrar en las profundidades del deseo sexual dejándolo fluir sin reparos, sucumbiendo a él y arrastrándonos en su insaciable investigación del placer y del goce.Con el relato minucioso y casi científico de las peripecias de Eugenia, una adolescente iniciada en los rituales del sexo por tres preceptores que ignoran ?o quieren ignorar? los límites entre el bien y el mal, Sade franquea la barrera de todo precepto moral y se introduce en los abismos de los fantasmas y las fantasías sexuales que se ocultan en el inconsciente. La obra erótica de Sade trasciende la pura narración; constituye una introspección en el mundo de lo incontrolable, mucho antes que la aparición del psicoanálisis, y un tratado sobre las múltiples caras de la moral en un período histórico de grandes conmociones, en el que los valores establecidos perdían su razón de ser. No es de extrañar que, periódicamente, la obra del «divino marqués», cono se le llamó, cobre renovado interés.
Donatien-Alphonse-François de Sade (París, 1740-Charenton, 1814) nació en el seno de una familia aristócrata. En 1768 se convirtió ya en leyenda por sus escandalosas y truculentas fiestas en el tristemente célebre castillo de Arcueil. Le tocó en suerte vivir una época de cambios radicales en la Francia de la Revolución y del Terror, aunque pasó la mayor parte de su existencia recluido en cárceles y manicomios. Todas sus obras están impregnadas de una filosofía libertina que propugna la libertad absoluta, al margen de cualquier religión, ley o moral. En 1988, Tusquets Editores inició la publicación de las obras eróticas de Sade a partir de la edición francesa definitiva. A La filosofía en el tocador (La Sonrisa Vertical 59) le siguieron Las 120 jornadas de Sodoma (La Sonrisa Vertical 75), Justine o Los infortunios de la virtud (La Sonrisa Vertical 88) y, ahora, Juliette o Las prosperidades del vicio.