BERGLAR, PETER / BRAVO, CARLOS (Ilustración)
Tomás Moro es «el hombre del siglo XVI» cuya obra, y su vida entera, nos explican las causas y el desarrollo de la crisis de su época. Pero se ha dicho que «la hora de Tomás Moro» es también la hora del siglo XXI, o sea, es para nosotros ejemplo y programa. Escritor, erudito, mecenas, abogado, relator del Consejo de Estado, juez, Canciller del Reino, Consejero de Enrique VIII, embajador... y condenado a muerte por el mismo Rey a quien sirvió con lealtad maciza. Tomás Moro ocupa un lugar de excepción entre los humanistas, cuya actividad intelectual reselló esa época en la que el pensamiento de todos ellos dio origen, en gran parte, al nacimiento de un tiempo nuevo en la civilización de Occidente. Humanismo y Reforma constituyen la encrucijada de la cual, con su vida y con su muerte en el cadalso, Tomás Moro nos presenta, como en un espejo, el retrato palpitante de la lucha para mantener el ámbito de la libertad del individuo frente al poder organizado que no siempre se identifica con el «Estado», el poder que pretende exigir no sólo una obediencia de hecho, sino también un asentimiento activo. Incluso en una sociedad libre y abierta, como es la nuestra, va en aumento la tendencia a uniformar las opiniones, sin tomar en consideración las convicciones íntimas y la autentieidad de la persona, recurriendo también a la coacción indirecta y hasta directa. La historia de Tomás Moro es fascinante ¿quién no recuerda cómo nos la cuenta la pelicula «Un hombre para la eternidad»? y seria digna de ser contada aunque sólo fuera como tema históricobiográfico. Pero va más allá y nos puede afectar personalmente, porque es «actual», en el mejor sentido de la palabra.