Los mejores libros jamás escritos.
Novela sobre la naturaleza de la creación artística, sobre el amor, la amistad y sobre el fascinante y complejo alumbramiento del impresionismo, La obra es uno de los títulos más valientes y perdurables de la literatura del siglo XIX.
Perteneciente al ciclo de los Rougon-Macquart, La obra, la novela más autobiográfica de su autor, está inspirada en la relación del propio Zola con Cézanne.
El pintor Claude Lantier intenta terminar un óleo de grandes dimensiones que represente la modernidad del Segundo Imperio, en los albores del movimiento impresionista. Su enfermiza obsesión se verá mezclada con el amor de Christine -la mujer que le sirve de modelo- y su difícil amistad con el novelista Sandoz.
Esta edición, que recoge la reciente traducción de José Ramón Monreal, se abre con un amplio estudio de Ignacio Echevarría, uno de los editores y críticos literarios más reputados de nuestro país.
«¿Existe, en arte, otra cosa que dar lo que se lleva dentro?»
Clarín dijo...
«De todas las novelas de Zola se podrían hacer grandes cuadros, por la fuerza plástica, por la precisión y la expresión de las líneas.»
Nacido en
París en 1840, pasó su infancia en Aix-en-Provence, donde trabó una gran
amistad con Paul Cézanne. A los veintidós años entró a trabajar en la editorial
Hachette, empleo que abandonó en 1866 para dedicarse en exclusiva al periodismo
y a la literatura. Ya en 1864 había publicado un libro de tinte romántico que
cosechó un gran éxito: Contes à Ninon.
En 1867 saca a la luz su primera novela «naturalista», Thérèse Raquin, considerada en su momento littérature putride. En 1868 comienza el ciclo de los Rougon-Macquart, cuyas veinte novelas
concluyó en apenas veinticinco años. Condenado a un año de cárcel por su intervención
en el caso Dreyfus, en 1898 se exilia en Inglaterra durante once meses. En
1902, muere en París, asfixiado por las emanaciones de una chimenea.