En 1982, tras la guerra entre Argentina y Gran Bretaña por las islas Malvinas, el ejército inglés ordenó al oficial Cardozo que identificara a los soldados argentinos fallecidos en ese territorio y diseñara un cementerio para albergarlos. Los resultados de su trabajo llegaron al gobierno argentino, que no los hizo públicos ni los dio a conocer a los familiares de los caídos, de modo que estos permanecieron sin identificar. Este libro narra los esfuerzos, exitosos y recientes, por restituir una memoria opacada por la inacción institucional, el orgullo nacionalista y la sombra de la dictadura.
Leila Guerriero (Argentina, 1967) se inició en el periodismo en 1991, en la revista Página/30, del periódico Página/12. Es asidua colaboradora de distintos medios como La Nación, de Argentina, El País, de España, El Mercurio, de Chile y Gatopardo, de México, revista de la que también es editora. Además de Frutos extraños (2009, Aguilar Colombia), es autora de Los suicidas del fin del mundo (2005, Tusquets). En 2010 recibió el Premio Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano por su artículo "El rastro en los huesos", una crónica sobre el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense publicada en El País Semanal y Gatopardo. Ha editado los libros Los malditos y Temas lentos para la Universidad Diego Portales.