En 1967, al comienzo de la guerra civil nigeriana, a Wole Soyinka se le acusó injustamente de ayudar a la facción rebelde de Biafra en la compra de aviones de combate, tras lo cual fue arrestado y, sin juicio previo ni sentencia formal, encarcelado durante veintisiete meses, veintidós de ellos incomunicado. A lo largo del cautiverio, y a espaldas de sus guardianes, Soyinka escribió en paquetes de cigarrillos, papel higiénico e incluso entre las líneas de algunos libros que pudo conseguir en secreto. Parte de ese material se convertiría más tarde en sus memorias The Man Died, mientras que otra parte tomaría la forma de Poems from Prison para, después, expandirse hasta el actual Lanzadera en una cripta. Son multitud las ocasiones en que el Premio Nobel ha manifestado que entonces logró mantener su cordura y, a la postre, sobrevivir como ser humano gracias a la escritura, con el espíritu intacto frente a la voluntad destructora de sus captores. Se trata éste, pues, de un intenso poemario ?el primero de Soyinka que se publica en español- que se incluye entre la literatura escrita por intelectuales que resultan incómodos a algún régimen y son represaliados y perseguidos. Un género que durante los últimos decenios ha llegado a convertirse en demasiado habitual, aunque no por ello menos abominable. LUIS INGELMO
Wole
Soyinka nació en 1934 en Abeokuta, Nigeria. En 1954 se trasladó a
Inglaterra, donde se licenció en literatura en la Universidad de Leeds y
comenzó a dirigir sus primeros textos dramáticos en el London's Royal Court
Theatre. En 1960 regresó a Nigeria, donde escribió y dirigió algunas piezas de
carácter político. En 1967, al comienzo de la guerra civil en su país, Soyinka
pasó 27 meses en la cárcel, durante los cuales escribió clandestinamente un
impresionante diario: The Man Died: The
prison notes of Wole Soyinka. En 1969, ya liberado, partió para un exilio
voluntario de cinco años. Dirigió la revista Transition, y fue profesor en las universidades de Ghana y Accra,
así como en el Churchill College de Cambridge. En los años setenta, ya de
vuelta a su país, se convirtió en un importante activista político, además de
profesor visitante en Harvard, Yale, Cornell y Cambridge. En 1986 se convirtió
en el primer autor africano en obtener el Premio Nobel de Literatura. Desde
1998 es profesor emérito en la Universidad Obafemi Awolowo de su país y
continúa impartiendo conferencias en universidades europeas y estadounidenses.