Ingmar Bergman, cineasta y hombre de teatro sueco, ha pasado a ser ya todo un mito en la historia del cine mundial. Pero pocos son los que saben que se casó siete veces, que tuvo ocho hijos, que mantuvo relaciones amorosas, algunas célebres, y que se codeó, entre otros, con gente como Greta Garbo, Chaplin o Ingrid Bergman. Y casi nadie sabía antes de leer estas memorias cómo, a muy temprana edad, se instaló el miedo en su alma, cómo descubrió, deslumbrado, el cine, con qué problemas tuvo que enfrentarse como artista y realizador, cómo amó a las mujeres a quienes más amó y cómo la figura del padre, pastor luterano, marcó gravemente toda su existencia - y parte de su obra. Al lector le sorprenderá con qué especial sensibilidad de escritor y cuánta conmovedora sinceridad ha sabido Bergman narrar éstos y otros episodios de su dilatada vida.
Ingmar Bergman nació en Upsala en 1918. Autor de una obra cinematográfica que por sí sola le garantiza un lugar de honor entre los grandes creadores de nuestro tiempo, sus inquietudes han encontrado también expresión en otras formas artísticas: director de teatro, guionista, escritor de ficción, memorialista (su obra literaria está publicada en Tusquets Editores). Galardonado, entre otros reconocimientos públicos, con cuatro Oscars y la «Palma de Palmas» de Cannes, su longevidad creativa ?sesenta años haciendo películas? resultaría sólo excepcional si no fuera, además, acompañada de una intensidad y coherencia tan deslumbrantes como su propia vida. La lista de películas que han dejado su impronta en la historia del cine resultaría interminable: de Fresas salvajes a Fanny y Alexander o Persona