Los hasta ahora desconocidos artículos de Los salones y la vida de París nos revelan no sólo los inicios literarios del celebérrimo autor de 'En busca del tiempo perdido' sino también algunas claves importantes de la psicología y del mundo personal de Marcel Proust (1871-1922). En la literatura de todo escritor realmente grande no hay obra pequeña o falta de interés; sobre todo si, como es el caso, está poseído de un fuerte e insobornable sentido autocrítico. A finales del siglo XIX la crónica de salón constituía en toda Europa, especialmente en Francia, una suerte de género literario. El joven Marcel Proust fue uno de sus más esforzados cultivadores. El trato y el retrato de la «alta sociedad» francesa del momento alimentaban ya, prefigurándolo de algún modo, el secreto universo de Guermantes. Nuestra edición cuenta con un esclarecedor prólogo del muy proustiano Luis Antonio de Villena.
Marcel Proust nació en París en 1871 y murió en 1922 en esa misma
ciudad. Víctima de un asma crónica, estudió en el liceo Condorcet, y,
posteriormente, en la escuela de ciencias políticas al tiempo que asistía a los
cursos del filósofo Henri Bergson. Traductor de John Ruskin, en 1896 publicó Los placeres y los días, para después
sumergirse en la escritura de la novela autobiográfica Jean Santeuil, de las prosas de Contra Sainte-Beuve -ambos volúmenes publicados póstumamente-, y de su
obra capital, En busca del tiempo perdido,
que Proust nunca llegó a ver publicada entera. Esta nueva edición de Contra Sainte-Beuve. Recuerdos de una mañana, a cargo
de Antoni Marí y de Manel Pla, restaura con la máxima fidelidad,
a partir de las diversas ediciones y versiones existentes de esta obra, el
proyecto concebido originalmente por Proust.