Marcel Proust escribe con una diferencia de cinco años, de tres si nos atenemos a la fecha del último "salón" publicado (1905) y el primer «pastiche» (1908), estos dos conjuntos de textos presididos por una idea absolutamente distinta. Si los Salones pertenecen al mundo en que se ha movido la primera juventud del autor y en el que ha nacido su primer libro, Los placeres y los días (1896), en El caso Lemoine se trata de una gimnasia del oficio de la escritura, de un ejercicio de análisis de estilos ajenos a través de un caso de crónica de sucesos: la estafa de un tal Lemoine a la más alta compañía de diamantes del mundo. En los Salones encontramos un Proust alabancero, que reseña, bajo pseudónimo y en Le Figaro, actos sociales de ese mundo aristocrático con el que más tarde saldaría cuentas críticas en distintos volúmenes de A la busca del tiempo perdido, su obra capital (en 'La parte de Guermantes' y 'Sodoma y Gomorra' sobre todo, y tan acerbas como en el viscontiniano "Baile de las Cabezas" de 'El tiempo recobrado'). En El caso Lemoine el joven deslumbrado por ese mundo trasnochado se vuelve hacia lo que quiere que sea su oficio, y utiliza el suceso como tema de ejercicio literario y manera de encauzar una innata disposición a la imitación de voces y gestos: narrar el caso a partir del espíritu, las formas e incluso las expresiones puntuales de determinados escritores, admirados unos, como Flaubert o Saint-Simon, otros no tanto, y en algún caso criticados, como ocurre con el famoso Sainte-Beuve, cuyos planteamientos negará o discutirá durante toda su vida. Estas páginas singulares presentan a un Proust distinto y a la vez reconocible, delicado o irónico, pero siempre seductor, acogido a la lucidez y el proverbial virtuosismo de su prosa.
Marcel Proust nació en París en 1871 y murió en 1922 en esa misma
ciudad. Víctima de un asma crónica, estudió en el liceo Condorcet, y,
posteriormente, en la escuela de ciencias políticas al tiempo que asistía a los
cursos del filósofo Henri Bergson. Traductor de John Ruskin, en 1896 publicó Los placeres y los días, para después
sumergirse en la escritura de la novela autobiográfica Jean Santeuil, de las prosas de Contra Sainte-Beuve -ambos volúmenes publicados póstumamente-, y de su
obra capital, En busca del tiempo perdido,
que Proust nunca llegó a ver publicada entera. Esta nueva edición de Contra Sainte-Beuve. Recuerdos de una mañana, a cargo
de Antoni Marí y de Manel Pla, restaura con la máxima fidelidad,
a partir de las diversas ediciones y versiones existentes de esta obra, el
proyecto concebido originalmente por Proust.