En abril de 1849 Fiódor Dostoievski, con otros veintisiete jóvenes, era detenido y acusado de «crímenes contra la seguridad del Estado»; unos meses después, se le sometía a un simulacro de ejecución, y finalmente a una condena de ocho años de trabajos forzados en Siberia. En 1862 aparecería en forma de libro Memorias de la casa muerta, el recuento autobiográfico de sus experiencias en presidio, presentado, bajo una ficticia primera persona, la del «difunto» Alexánder Petróvich Goriánchikov. Este hombre, noble e instruido, que jamás ha trabajado, se encuentra de pronto privado de libertad, obligado a los esfuerzos más penosos, rapado y encadenado, en compañía de montañeses, bandoleros, asesinos, presos políticos y mendigos.
Fiódor Mijáilovich Dostoievsky (Moscú, 1821- San Petersburgo, 1881) es uno de los mejores novelistas rusos de la historia. Educado por un padre alcohólico y déspota, tras la temprana muerte de su madre, estudió en la Escuelade Ingenieros de San Petersburgo. En 1849 fue condenado a muerte por colaborar con grupos liberales, sin embargo fue indultado horas antes de la ejecución. Sus escritos, extremadamente minuciosos, son profundos análisis psicológicos, tragedias de moralidad, apuntes de existencialismo, que diseccionan sobre la sociedad del siglo XIX. De entre sus obras destacan: Pobres gentes (1846), El doble (1846), Humillados y ofendidos (1861), Notas de invierno sobre impresiones de verano (1863), Memorias del subsuelo (1864), El jugador (1866), Crimen y castigo (1866), El idiota (1868), El eterno marido (1870) Los endemoniados (1871-1872), El adolescente (1875), Los hermanos Karamazov (1880).