Tras una década de guerra, una ofensa al dios Poseidón ha alejado de su reino otros diez años al astuto héroe, lo ha condenado a navegar sin rumbo y a sufrir las más diversas vicisitudes. La Odisea, que sucede a la caída de Troya según se narra en la Ilíada, sigue los pasos de Ulises -el nombre latino de Odiseo, que esta traducción adopta- y nos acerca al relato de su largo peregrinaje para volver al hogar, a Ítaca. Los mitos que configuran esta gran epopeya, la capacidad de Homero para retratar la vida en el Mediterráneo a finales del segundo milenio a.C. y la irrupción de un héroe deseoso de regresar a la patria han dejado huella en los grandes autores de la literatura -de Virgilio a Joyce- y han convertido la Odisea en una pieza clave de la cultura universal. Prólogo y versión en hexámetros de Fernando Gutiérrez Introducción y notas de Joan Casas Epílogo de José Ángel Valente
Según la tradición, el poeta griego Homero (ss. IX-VIII a. de C., aproximadamente) fue el autor de la Ilíada y de la Odisea, por lo que es considerado uno de los escritores más influyentes de todos los tiempos. Algunos críticos modernos, sin embargo, mantienen que Homero no fue el auténtico creador de estas obras, sino que se limitó a compilar y unificar una gran cantidad de relatos orales que él mismo recitaba. Sea como fuere, ambos poemas se convirtieron en la base de la educación y cultura griega en la época clásica, así como de la literatura occidental moderna.