PANERO, LEOPOLDO MARÍA / 0 (Ilustración)
La vida de Leopoldo María Panero (Madrid, 1948- Las Palmas, 2014), hijo de Leopoldo Panero y Felicidad Blanc, y hermano del también poeta Juan Luis Panero, está ligada desde la infancia a la literatura. Con una formación amplísima, tanto literaria, como en otros campos, su presentación tendrá lugar en la antología de José María Castellet Nueve novísimos poetas españoles (Castellet, 1970) y desde entonces son dieciséis los libros de poemas publicados, además de algunos otros textos en diversas publicaciones, a lo que hay que añadir dos volúmenes de relatos y otros tres que recogen buena parte de sus ensayos y artículos. Tras las recopilaciones de la obra de Leopoldo María Panero Poesía completa, 1970-2000 y Poesía completa, 2000-2010, este volumen reúne sus libros de poesía publicados entre 2011 y 2014. Además, este tercer volumen recoge en apéndices doscientos tres textos más; en el primero sus poemas publicados en revistas y otros lugares y en el segundo los que se deben a su tarea de traductor no incluidos en Traducciones/Perversiones. La edición corre a cargo de Túa Blesa, Catedrático de Teoría de la l
Leopoldo María Panero (Madrid, 1948), poeta español, encuadrado dentro del grupo de los novísimos. Panero es el arquetipo de un malditismo cultivado tanto como repudiado. Hijo de Leopoldo Panero (1909-1962), poeta de sugerente voz, el joven Leopoldo María Panero, al igual que tantos descendientes de los prohombres del régimen franquista, se siente fascinado por la izquierda radical. Su militancia antifranquista constituirá el primero de sus grandes desastres y le valdrá su primera estancia en prisión. Tiene una formación Humanista, estudia Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y Filología Francesa en la Universidad Central de Barcelona. De aquellos años jóvenes datan también sus primeras experiencias con las drogas. Desde el alcohol hasta la heroína, a la que dedicaría una impresionante colección de poemas en 1992, ninguna le es ajena. En los años 70 es ingresado por primera vez en un psiquiátrico. Sin embargo,sus constantes reclusiones no le impiden desarrollar una copiosa bibliografía no sólo como poeta, sino también como traductor, ensayista e incluso narrador. A finales de la década de los 80, cuando por fin su obra alcanza el aplauso de la crítica entendida, se decide que ingrese de manera permanente en el psiquiátrico de Mondragón.