La querella entre antiguos y modernos en la historia literaria no es un episodio aislado. Forma parte de la gran crisis de las disciplinas humanísticas que ha aflorado a finales del siglo XX. Esta crisis general es bien visible en las disciplinas históricas y en las disciplinas sociales. Este libro intenta describir el proceso que ha llevado a la crisis actual en el dominio de la historia literaria. Su objetivo es situar el marco del debate en otra dimensión: la que contempla el largo pulso que arranca desde los orígenes de la disciplina entre los partidarios de la historia literaria como historia cultural y los de la historia literaria como historia estética. La contemplación de este pulso de más de dos siglos nos debe permitir comprender el escepticismo que domina hoy la teoría de la historia literaria como consecuencia lógica de la historia cultural y, al mismo tiempo, ver las conexiones entre el pensamiento crítico y la estética histórica. Tres contendientes afloran en esta manera de comprender la gran crisis de la historia literaria: los empiristas esclerotizados, los escépticos supuestamente renovadores y los críticos.