Pablo está seguro de que su ingreso en un extraño centro sólo puede deberse a un error, pero nunca habría imaginado el mundo irreal, de pesadilla, con el que iba a encontrarse. Por suerte, algunos de sus nuevos compañeros, como Begoña, se resisten también a la locura que los envuelve. ¡Si pudiera comunicarse con sus viejos amigos Lucía y David sin ser descubierto...!