La figura de Nicolás Fernández de Moratín es un punto de referencia como intelectual ilustrado y partidario de la reforma teatral en la España del siglo XVIII, así como un catalizador en la renovación poética gracias a sus publicaciones sueltas y a su breve periódico «El poeta», el primero dedicado íntegramente a la creación literaria. En la producción dramática del siglo ilustrado, quienes promueven las formas neoclásicas pueden considerarse como dramaturgos aficionados frente a los llamados profesionales que son quienes controlan los teatros comerciales y «viven» de su actividad teatral. En ese sentido, Nicolás Fernández de Moratín fue un aficionado extremo, pues su pasión por los escenarios y por la reforma del teatro español ocupa una parte central de sus actividades y de sus preocupaciones. Esta edición reúne su teatro completo: una comedia, «La petimetra», que bajo la perspectiva de la óptica ilustrada condena el fenómeno de la moda como factor cuyo consumo continuo conduce a la ruina económica y a la depravación moral, y tres tragedias, «Lucrecia», «Hormesinda» y «Guzmán el Bueno», vinculadas al ejercicio justo y legítimo del poder y del monarca, cuya función es proveer y promover el bien público y el bienestar de sus vasallos, frente a la tiranía o el despotismo que utiliza la fuerza del poder para satisfacer el gusto y el placer personales.