La agencia de detectives de Mateo Hernández tiene su sede en el barrio barcelonés de Sant Andreu. Allí, junto a Mateo, trabajan sus hijos y un asistente, Ayala. A veces, colabora la mujer de Mateo, y hasta hace unos meses también Nora, su hija mayor, pero ha desaparecido. Un día, un constructor encarga a Mateo que encuentre a su hijo desaparecido.