Muchos de nosotros estamos tan ajetreados que en raras ocasiones podemos evitar que se desencadene en nuestro cuerpo una respuesta al estrés. Al enfrentarnos a situaciones amanazadoras, liberamos hormonas del estrés para que el cuerpo y el cerebro tomen una determinada medida: paralizarse, luchar o correr. Son acciones que estimulan a las hormonas a restablecer el equilibrio. El problema viene cuando es imposible desactivar la respuesta psicológica al estrés,durando semanas, meses o incluso años, en ese caso el cuerpo sufre. En este libro encontrarás 1001 maneras de afrontar un estilo de vida agitado.