El trabajo de Alberto GarcíaAlix tiene motivos recurrentes los zapatos, las motos, las habitaciones vacías, las heridas, los retratos, las mujeres, los tipos, las calles, los tatuajes, etc. pero no se repite: aísla los momentos, ahonda en ellos. Su forma de narrar consiste en centrar la historia en una imagen, es concentrarse en ella. En cierta manera, es como si rescatase el meollo de lo que pasa entremedias de la sucesión. En este sentido, las imágenes de GarcíaAlix se yuxtaponen, no crean un orden jerarquizado de sucesión: son unidades autosuficientes, absolutas.
La trayectoria de Alberto García-Alix (León, 1956) ha sido reconocida con diversos galardones, como el Premio Nacional de Fotografía (1999). Estuvo muy ligado a la "movida madrileña"; de la que dejó imágenes sobre jóvenes de este movimiento cultural. Su especialidad son los retratos en blanco y negro. García-Alix comenzó la carrera de Imagen en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, pero la abandona al considerarla excesivamente teórica. Ha sido un autodidacta y trabajó en el mundo del cine antes de hacerlo como fotógrafo y de colaborar con diferentes medios. Su especialidad son los retratos y es considerado un fotógrafo duro, obsesionado en perseguir la realidad. Busca la sencillez a través de un plano frontal muy directo, no le gusta la sofisticación ni el trucaje y le obsesiona la pureza en el revelado en blanco y negro.