Atribuido a Confucio, aunque se trate de un texto recopilado después de su muerte por sus discípulos, ha tenido una enorme influencia a lo largo de los años y conserva una vigencia de la que muy pocos libros pueden presumir 2.500 años después de haber sido escritos.
La obra está compuesta por una serie de sentencias breves, pequeños diálogos y anécdotas sobre diversos temas, pero, principalmente, sobre la naturaleza humana y la ética en el ámbito personal y de la política.
La cuidada traducción, a cargo de un especialista en literatura china como Néstor Cabrera, es digna de ser destacada, y permite adentrarse en el ideario confuciano con suma comodidad.
Confucio, la forma latinizada de Kong Fu Zi (maestro Kong), es el sobrenombre de Kong Qiu, letrado del Estado de Lu que fue conocido a partir de su adolescencia como Kong Zhong Ni. Originario de Zou, en la actual provincia de Shandong, según la tradición china nació en el año 551 a.C. ?uno después de Buda? y murió en el 479 a.C. --ocho antes del nacimiento de Sócrates--. Miembro de la pequeña nobleza, sirvió durante mucho tiempo a su príncipe, pero luego se exilió durante trece años y se dedicó a instruir a sus discípulos, quienes, a su muerte, recopilaron sus enseñanzas, que se han convertido en los fundamentos de un sistema filosófico vigente aún hoy.