El 23 de agosto de 1927 los anarquistas Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti fueron ejecutados en la silla eléctrica tras uno de los procesos más célebres, dramáticos y controvertidos de la historia judicial estadounidense. Eran dos inmigrantes italianos que habían sido detenidos en pleno delirio anti-comunista, juzgados y condenados en una vista en la que la imparcialidad del jurado y el juez resultó, cuanto menos, dudosa. Unos meses antes de la ejecución, John Dos Passos, que acababa de consagrarse literariamente con la publicación de Manhattan Transfer, ultimaba la redacción acelerada y febril de Ante la silla eléctrica, su relato de la causa judicial de Sacco y Vanzetti. Entonces se permitía aún abrigar la esperanza de que la protesta ciudadana consiguiera evitar el cumplimiento de la sentencia.
Esta importante obra, inédita hasta la fecha en castellano, conforma sin duda un texto apasionante, cuyo interés es tanto histórico como literario. En un tono que salta del lirismo a la polémica, Dos Passos alterna narración y documentos siguiendo una técnica de montaje que más tarde desarrollará en su trilogía USA, y reflexiona sobre las constantes contradicciones de la instrucción, su vacua invocación de los valores «americanos», las coerciones de la libertad de expresión o el destino reservado a los inmigrantes en los países desarrollados. En este sentido, y desde un pasado menos lejano de lo que parece, su historia sigue interpelándonos: el caso dejó enteramente al descubierto la anatomía de la vida estadounidense y planteó casi todas las preguntas fundamentales en torno al sistema político y social de cualquier país occidental. Más allá de su contexto concreto, este caso suscita hoy cuestiones esenciales sobre la pena de muerte, el ejercicio de la justicia en democracia, el respeto de los derechos civiles -incluidos los de los inmigrantes-, los excesos del patriotismo o los límites del nacionalismo y sus peligros.
Estudió en la Universidad de Harvard. En sus años de juventud fue un gran viajero. Recorrió varios países e incluso pasó una larga temporada en España para estudiar arquitectura. De estos años surge su primer libro Rocinante vuelve al camino (1922). Tomó parte activa en la Primera Guerra Mundial como conductor de ambulancias en Francia e Italia. Su primera novela, Iniciación de un hombre (1919) surge en esta época, pero el reconocimiento le llegó con Tres soldados (1921), y su consagración con Manhattan Transfer (1925). Otras obras significativas suyas fueron El paralelo 42 (1930), 1919 (1932), o El gran dinero, compuesta por la llamada Trilogía USA.