La vocación poética de Juan Ramón Jiménez le impulsó a buscar nuevos caminos, distintos de los que la tradición romántica y modernista había trazado. La Generación del 27 le consideró como maestro y modelo indiscutible. Tras la Guerra Civil la poesía de Juan Ramón, escrita en el exilio, fue valorada por todos los lectores hispanoamericanos, hasta que en 1956 le fue concedido el premio Nobel de Literatura. Hoy, para los poetas de uno y otro lado del Atlántico, Juan Ramón Jiménez sigue representando al poeta original, profundo y exigente, en cuya obra se halla el germen de todos los movimientos innovadores.
El nombre de Juan Ramón Jiménez (1881-1958) no requiere mayor presentación. Premio Nobel en 1956, figura central de la poesía contemporánea, su vasta producción en verso y prosa -desde Ninfeas y Piedra y cielo a La estación total, Espacio o Dios deseado y deseante, desde Platero y yo a Españoles de tres mundos- es una cima de la expresión literaria en castellano. Seix Barral, que publicó ya en 1985 Guerra en España, en edición al cuidado de Ángel Crespo, dio a conocer la reedición facsímil de Canción, una de las recopilaciones mayores de la poesía juanramoniana, así como reeditó sus Historias y cuentos y la edición definitiva de sus Elejías andaluzas.