Estas personas viven de extrañas maneras. Se visten con mantos agujereados, enseñan en escuelas vacías, fornican en público o entran en éxtasis. Y sus muertes no son menos singulares: uno se lanza al interior de un volcán, otro se cubre de estiércol de vaca y un tercero no puede parar de reír. Casi todos tienen problemas con el dinero. En la Antigüedad, estos experimentadores impenitentes eran conocidos como «buscadores de la sabiduría», o también como filósofos. Pero la modernidad ha olvidado sus extravagancias. Dos escritores han decidido volver a encontrarse con estos sabios del pasado, para lo cual han rebuscado entre una gran cantidad de historias, citas y anécdotas dispersas, cuya información han filtrado y restaurado. El resultado es una visión nada habitual y enormemente sorprendente de la filosofía occidental
nació en Fukui en 1944. En 1961 publicó su primera historia en la editorial Hinomaru Bunko, pero no fue hasta su debut en la revista Garo, en 1966, cuando llamó la atención de Shigeru Mizuki, que lo tomó como asistente. Su primer éxito llegó en 1973 con la serie Aiueo Boy, en colaboración con el guionista Kazuo Koike, con quien volvería a cosechar nuevos éxitos con la Crying Freeman (1986). En 1990 comienza la serie Santuario, con Shô Fumimura, con quien repite colaboración en la serie Heat, que recibió Shogakukan Manga Award. Actualmente es profesor en la Universidad de Artes de Osaka.