La presente monografía intenta responder al arduo dilema que presenta la obra poética de distinguidos poetas contemporáneos (Pedro Salinas, Octavio Paz, José Ángel Valente) a las siguientes preguntas: ¿quién es ese Otro que se configura en la obra lírica de un poeta?, ¿cómo surge, se desarrolla y finalmente se delimita?, ¿cómo se diferencia de los otros referentes personales y cómo se traza la problemática de su identidad?, ¿hasta qué punto el mapa político, social y cultural transmite, oculta, enmascara, evidencia o define una identidad; es decir, el quién es uno líricamente, cómo se sitúa frente al otro, cuál es su función como miembro de una comunidad, cómo responde ante la realidad, cómo la define y cuáles son los mecanismos de defensa (sus máscaras) que interpone entre este Yo y su Otro? Y ¿qué rasgos constituyen la identidad y cómo se define esta en la trayectoria lírica de un poeta?, ¿dónde se establecen sus crisis, sus cuestionamientos o sus rupturas?, ¿cómo se detecta y se configura como lenguaje?, ¿qué referentes históricos, personales, sociales o míticos le son comunes? El cuestionamiento es múltiple e insondable en su conjunto. Una confusa sinfonía de voces en eco, multiplicadas, iguales y no menos diferentes como sujetos de una historia siempre en tránsito.
Antonio Carreño López (Alicante, 6 de diciembre de 1986). La primera palabra que salió de mi boca fue «Quique», el perro de mis abuelos. Pocos años después llegaron Zara y Flecha. A ellas les contaba todo lo que callaba a las personas. Cuando se marcharon, cambié las confidencias animales por los diarios. Los diarios pasaron a ser relatos y los relatos se acabaron convirtiendo en poesía. Me licencié en veterinaria porque de algo hay que morirse. Durante un tiempo fui inspector de sanidad, y hasta ese momento no supe que existía otra forma de cerrar bares. Luego vinieron otros empleos pero, como reza La historia interminable: esa es otra historia y debe ser contada en otra ocasión.