"Caligrafía de la imagen" reflexiona sobre la figura del director-autor en el cine: de qué manera las transformaciones de ese concepto funcionan como un sismógrafo que registra los vaivenes de la teoría y de la crítica entre las décadas de 1950 y 1970. En su momento, la "política de los autores" de Cahiers du cinéma supuso una estrategia de ruptura típicamente vanguardista que definió una perspectiva moderna para aproximarse a las películas. Fue arbitraria, contradictoria y belicosa. Siempre apasionada, a menudo enriquecedora, a veces injusta. Sin embargo, muy rápidamente, esa actitud provocativa fue atrapada por las convenciones hasta terminar acomodándose en ese género de "películas cultas y de buen gusto" llamado "cine de autor". Pero si la "política de los autores" conserva algún valor, eso es porque estableció las bases para una forma alternativa de concebir la propia práctica: señaló un camino divergente hacia otro tipo de cine que, de alguna manera, ella misma venía a fundar. Habría que admitir que nuestro pensamiento sobre los films todavía se mueve en la estela de esa conmoción.