Vincent Van Gogh le escribió a su hermano Theo más de seiscientas cincuenta cartas. En este epistolario, un testimonio desgarrado frente a la vida, Vincent no solo volcó sus ideas sobre la pintura sino también sobre al realidad que lo rodeaba.
Las cartas que Vincent Van Gogh le escribió a su hermano Theo desde 1872 en adelante, constituyen una fuente biográfica única e invalorable para conocer los objetivos, pasiones, esperanzas y desilusiones del pintor. Son un testimonio vivido, casi al modo de un diario, en el que el gran artista da cuenta de su cotidianidad así como de su inestable salud física y mental. Después de haber inspirado biografías, películas, obras de teatro, documentales, estudios académicos y miniseries televisivas, estas cartas extraordinarias y conmovedoras se han transformado, a través de los años, en un grito desgarrado frente a la vida, en una utopía sobre la comunidad de artistas, en un gran documento humano que muestra al verdadero Van Gogh, por él mismo.
Vincent Willem van Gogh fue un pintor neerlandés, uno de los principales exponentes del posimpresionismo.1 Pintó 900 cuadros (de ellos 27 autorretratos y 148 acuarelas) y 1.600 dibujos. La figura central en su vida fue su hermano menor Theo, quien continua y desinteresadamente le prestó apoyo financiero. La gran amistad entre ellos está documentada en las numerosas cartas que se intercambiaron desde agosto de 1872. Para Theo fueron 650 de sus 800 cartas conservadas.
La calidad de su obra sólo fue reconocida después de su muerte considerándose uno de los grandes maestros de la pintura. Tuvo una gran influencia en el arte del siglo XX, especialmente entre los expresionistas alemanes y los fauvistas como Derain, Vlaminck y Kees Van Dongen.2 3 Por medio de numerosas reproducciones muchas de sus obras son muy conocidas y se encuentran profundamente enraizadas en la consciencia artística general y mantienen su actualidad en todo el mundo.