En 1935, dos años después de su muerte, la editorial Lemerre publicó en Francia Cómo escribí algunos de mis libros, en el que Roussel daba cuenta del fascinante y azaroso procedimiento. En este breve volumen, que dio lugar al movimiento OULIPO, Roussel nos muestra su proceso de trabajo, algo que pocas veces podemos llegar a conocer. Y lo que muestra es excepcional: nos enseña cómo aplica fórmulas matemáticas a campos semánticos para poner en marcha máquinas narrativas. El mecanismo por sí mismo no tiene que ser considerado como arte, pero los resultados lo son sin lugar a dudas. Ejemplos de ellos son Impresiones de África y Locus Solus. Un testamento tan único como fueron la obra y vida de su autor.
A todos sus defensores surrealistas Raymond Roussel prefirió Julio Verne, la opereta, el vaudeville, los viajes interminables y, al final de su vida, el opio que él creía le devolvería al éxtasis de sus 20 años cuando estaba convencido de «alcanzar las cimas más altas de la gloria». Se suicidó a los 56 años, en 1933, en un hotelucho de Palermo, Sicilia.