la obra que antonio machado (sevilla, 1875 colliure, 1939) atribuyó a juan de mairena se materializó en una prosa fragmentaria, llena de proverbios y aforismos, de paradojas y contradicciones, en la que destaca, por encima del resto, el recurso al diálogo, entendiendo por este las conversaciones que el apócrifo profesor de gimnasia y de retórica mantenía con sus no menos apócrifos alumnos. a esta estructura sincopada corresponde un pensamiento heterodoxo, radicalmente escéptico y voluntariamente asistemático, que, lejos de adoctrinar e incluso de querer enseñar, en el sentido normativo de la palabra, pretendía, fundamentalmente, servir de provocación intelectual. a través de un estilo ágil y fresco, pero perfectamente calculado, machado fue dosificando un discurso cuya carga filosófica se combinaba con la nota más irónica y coloquial, con lo que las referencias académicas y eruditas presentes en la obra se digieren con la facilidad con que se mantiene una charla dis
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