Traducción de Katarzyna Olszewska Sonnenberg y Sergio Trigán Cuatro años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, Kazimierz Moczarski, miembro de la resistencia polaca, fue encarcelado en una celda ocupada por dos hombres. Uno de ellos era Gustav Schielke, ex policía y archivero, funcionario de carrera. El otro era el general de las SS Jürgen Stroop, que había dirigido la liquidación del gueto de Varsovia. Compartieron celda 255 días y sus carceleros estalinistas estaban seguros de que la convivencia se vendría abajo, pero como los presos creían que se les condenaría a muerte conversaron abiertamente. Conversaciones con el verdugo, una obra que no se publicaría íntegramente hasta 1992, es una relación de estas conversaciones de las que su autor fue partícipe en la cárcel.