Cuando, a finales de la década de los sesenta, Thomas Merton, el monje escritor norteamericano, muere accidentalmente en Bangkok, nadie en Hispanoamérica pudo sentir tan profundamente la inesperada noticia como el sacerdote y poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Un año después, éste le escribe al biógrafo de Merton: «Su muerte es la pena mayor que he tenido en mi vida religiosa (o en mi vida toda, yo creo). Él era para mí un padre. Espiritualmente hablando, pero no metafóricamente hablando».
El presente volumen recoge las noventa cartas disponibles intercambiadas por Thomas Merton y Ernesto Cardenal entre 1959 y 1968. A través de estas cartas, fruto no sólo de la amistad intelectual que unió a maestro y discípulo, sino del fundamento espiritual y poético que sustentara sus anhelos comunes de reforma monástica, asistimos a la historia interior de muchos de los sucesos políticos, religiosos y culturales de aquella década, tanto en Estados Unidos como en Hispanoamérica. Entre la trapa de Getsemaní y la fundación de la comunidad de Solentiname, en la distancia que une contemplación y acción, monasterio y mundo, transcurre esta correspondencia, ejemplo del diálogo posible a ambos lados de la frontera cultural entre el norte y el sur, y epítome del proyecto teológico-político de sus autores.
Ernesto Cardenal nació en Granada, Nicaragua, en 1925. En 1954 participó en la rebelión contra la dictadura de Somoza. Fue monje trapense, se ordenó sacerdote y fundó la comunidad de Solentiname, en una isla del lago de Nicaragua. Vinculado al frente sandinista desde 1978, fue ministro de Cultura de dos legislaturas. En conflicto con la jerarquía eclesiástica por su vinculación a la teología de la liberación, en 1985 fue suspendido a divinis. Su obra poética comprende, entre otros títulos, Salmos, Oración por Marilyn Monroe y otros poemas, El estrecho dudoso, Homenaje a los indios americanos y El evangelio en Solentiname.