En estos tiempos en que el hecho de fumar se ha convertido en objeto de controversia, parece adecuado acercarnos a Italo Svevo, uno de los mayores clásicos del siglo XX. Fumador tenaz, dedicó algunas de sus páginas más brillantes al tabaco y a sus continuas tentativas de abandonar ese vicio y ese placer. El prólogo de Fernando Savater nos sitúa en el actual contexto de controversia.
Durante veinticinco años, los relatos y las novelas de Italo Svevo (Trieste, 1861-Motta di Livenza, 1928) apenas superaron el silencio de la crítica, pero en 1923 James Joyce contagió su entusiasmo por La conciencia de Zeno a Crémieux y Larbaud, quienes, con Montale, dieron a conocer su obra. Una vida (1892), Senectud (1898