Diario del ladrón no es tan sólo un diario, pero tampoco se puede considerar únicamente una novela. A
caballo sobre la confesión y la crónica, sobre la invención y el deseo, esta obra clave de la producción de Jean Genet
arrastra al lector hacia un mundo de vileza y decadencia, admirablemente trascendido gracias a un consciente poderío
verbal e imaginativo que el autor maneja con plena conciencia. El protagonista pretende salvarse del mal por el propio
mal. «Ética y estética del vicio» bien podría valer como subtítulo de Diario del ladrón, expresando así la posición que
Genet toma ante la vida, necesariamente enfrentado con una sociedad a la que ni quiere ni puede pertenecer.
JEAN GENET (París, 1910 - 1986). Hijo de una prostituta, se crió en un orfanato hasta los ocho años, cuando fue acogido por una familia de campesinos. Sin embargo, no pasaría mucho tiempo con ella. Sorprendido en pleno robo, fue internado en un reformatorio, donde protagonizó varios intentos de fuga y algunos robos cada vez más importantes hasta convertirse en un auténtico ladrón. Pasó la adolescencia entrando y saliendo de diferentes prisiones e incluso llegó a prostituirse. Fue en la cárcel donde empezó a escribir novelas, como Santa María de las Flores (1944), El milagro de la rosa o Querelle de Brest (1947). Jean Genet es autor también de obras de teatro, como Las criadas (1947) o Los negros (1959), y de textos poéticos, como El condenado a muerte (1942).