La filosofía tiene su propio vocabulario: algunas palabras sólo le pertenecen a ella y otras, más numerosas, las toma prestadas del lenguaje ordinario y les da un sentido más preciso o más profundo. Esto forma parte de su dificultad, pero también de su fuerza. Sólo es una jerga para aquellos que no la conocen o la utilizan mal. Voltaire, de quien se toma el título de este libro, supo mostrar que, contra la locura de los hombres, la claridad era más eficaz que un discurso sibilino o abstruso. Sería absurdo combatir el oscurantismo con la oscuridad, o el miedo con el terrorismo, o la estupidez con el esnobismo. Más vale dirigirse a todos para ayudar a alguien a pensar. La filosofía no es propiedad de nadie. Es evidente que requiere esfuerzos, trabajo y reflexión. Pero sólo vale por el placer que ofrece a cambio: pensar mejor para vivir mejor. Es a lo que estas más de 1.200 definiciones quisieran contribuir.
André Compte-Sponville (París, 1952) es uno de los filósofos franceses más brillantes y apreciados tanto dentro como fuera de su país. A partir de los 18 años se declara ateo y empieza a buscar respuestas sobre la religión, Dios y la espiritualidad dentro de la filosofía, concretamente en la tradición materialista.
Actualmente es profesor de la Universidad de París ? La Sorbonne y colabora en diversos medios franceses como Libération.
El 4 de marzo de 2008 fue nombrado miembro del Comité Consultivo Nacional de Ética Francés por el presidente de la República Francesa Nicolás Sarkozy.
Es autor de más de una decena de libros: La felicidad, desesperadamente; El amor, las soledad; Invitación a la filosofía; Diccionario filosófico; El capitalismo, ¿es moral?; Pequeño tratado de las grandes virtudes, Impromptus, El alma del ateísmo todos igualmente publicados por Ediciones Paidós.