En los confusos años de la transición española, un desconocido médico rural, Onofre Gil, deja tras su suicidio en un perdido pueblo andaluz unos papeles inquietantes y descarnados. Son una lúcida y coherente exposición autobiográfica preparada para leer ante un supuesto auditorio y justificar en parte su decisión irrevocable. Onofre recuerda diferentes episodios que muestran la hipocresía inculcada desde el colegio, el odio largamente incubado contra las imposiciones cerriles y, en definitiva, la represión enfermiza que le impedía manifestarse tal como era. La violencia gratuita, el despertar sexual, el sentimiento de culpa?, miserias y claudicaciones de un tiempo acérrimamente hostil que no conducía más que a la locura o al cinismo. Y es que no tardamos en reconocer en Onofre la personificación de tantas generaciones que salieron estigmatizadas de los oscuros años del franquismo.
carlos
castilla del pino nació en 1922 en San Roque, Cádiz. Se licenció y doctoró en la Facultad de Medicina de Madrid. Se formó
en el Departamento de Psiquiatría del Hospital General de Madrid durante ocho
años. Trabajó cinco años en el Instituto Ramón y Cajal de Madrid y desde 1949
dirigió el Dispensario de Psiquiatría de Córdoba, donde también ejerció como
catedrático de esta disciplina. Autor de una larga serie de ensayos e
investigaciones relacionadas con su especialidad, castilla del pino es, sin duda, uno de nuestros más
reconocidos teóricos en esta materia. Tusquets Editores tiene el privilegio de
haber publicado varios títulos que lo representan en todas sus facetas: la del
ensayista, con teoría de los
sentimientos (Ensayo 45 y Fábula 183) y el odio (Ensayo 49), la del novelista, con discurso de onofre (Andanzas 377), y la
del memorialista, con pretérito
imperfecto (Andanzas 294 y Fábula 208), ahora también en esta misma
colección (Tiempo de Memoria 41).