Desde que el despiadado Akerim se hizo con el poder, los habitantes de la ciudad caminan desalentados y temerosos. Los jóvenes y el bullicio han desaparecido de las calles, y se han prohibido las reuniones, los juegos y la fiesta de las cometas.
Un escritor de cartas, que ejerce su oficio a escondidas, le envía a su hija palabras de nostalgia y de esperanza, en las que los recuerdos de un pasado alegre se mezclan con la oscura incertidumbre del presente.