No existe tierra mejor en el mundo para grandes aventuras que los paisajes temblorosos y desnudos de La Mancha. Eso dice Dulcinea, ya mayor, a unos niños que acuden a ella para que les cuente las historias del caballero que anduvo enamorado de ella y que buscó el amor como ideal supremo, a pesar de las derrotas aparentes que le quisieron infringir magos y hechiceros.
Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) recibió en 1994 el Premio Nacional de Narrativa por su novela El lenguaje de las fuentes, en 1995 el Premio Miguel Delibes por Marea oculta, en 1999 el Premio Nadal por Las historias de Marta y Fernando. Otras obras suyas son La princesa manca (1995), El pequeño heredero (1997) o El valle de las gigantas (2000). En Siruela ha publicado Una miga de pan (2000) y, junto con otros autores españoles, un relato para el libro Bestiario (1997).