NUEVO FORMATO DE COLECCIÓN
Si bien en el folclore europeo se documentan tradiciones y leyendas en torno al convidado de ultratumba y el culto a los muertos, y tampoco faltan precedentes literarios del burlador de mujeres, es innegable que Tirso de Molina logró transformar todos esos elementos en uno de los mitos más fascinantes, perennes y universales de la humanidad: el de don Juan.
Lo que hasta entonces había sido simple leyenda, se convierte en la pluma del genial fraile en pura indignación sobre el sexo y el espíritu de rebeldía. Así, en EL BURLADOR DE SEVILLA Tirso condensa ya todos los sentidos que irá adquiriendo con el tiempo el mito donjuanesco: el rebelde social, el seductor, la mujer enamorada, el hombre enfrentado a Dios y su esencial e inevitable encuentro con lo sobrenatural y con la muerte. Una obra que aún hoy hace llorar, reír y temblar a cualquier lector, a cualquier espectador.
La editora
Mercedes Sánchez Sánchez, doctora en Filosofía y Letras (Filología) por la Universidad Autónoma de Madrid, en el año 2003 obtuvo el Premio Rivadeneira de la Real Academia Española por su obra "Cartas de Quevedo: el manuscrito Barnuevo" (1635-1645). Desempeña su labor profesional en el Centro de Estudios de la Real Academia Española, donde ha sido coordinadora de los corpus CREA y CORPES y jefe de estudios de la Escuela de Lexicografía Hispánica. Es autora de numerosos artículos sobre cartas y documentos de Quevedo Ha trabajado en otros aspectos de nuestro siglo de oro y, en los últimos años, sobre aspectos relacionados con el español en Internet.
Seudónimo de Fray Gabriel Téllez nació en Madrid en 1579 o 1584 (ambas fechas aparecen en su biografía). Siendo muy joven ingresó en la Orden de la Merced y estuvo en América de donde regresó a los dos años para vivir largo tiempo en Toledo, donde fue Superior del convento de los Mercedarios. Se dio a conocer como escritor de comedias con el seudónimo de Tirso de Molina, pero denunciado por su labor teatral dejó de escribir durante diez años. Cultivó todos los géneros en uso en su época y sus obras pueden dividirse en autos sacramentales, comedias religiosas, comedias de historia nacional, comedias de carácter, comedias de intrigas, las grandes creaciones dramáticas y obras en prosa. El elemento relevante de su teatro es la creación de caracteres psicológicos, especialmente femeninos y el uso de una mayor naturalidad. En su obra abundan los paralelismos entre la vida temporal y la eterna, entre la vida religiosa y mundana, entre amores místicos y profanos. Sus dos obras más conocidas son Don Gil de las calzas verdes y El burlador de Sevilla.