Corre el año 1943. En un angosto vagón de mercancías precintado, ciento veinte deportados cruzan las tierras francesas camino del campo de concentración. Es un viaje claustrofóbico, vejatorio: los cuerpos hacinados caen de agotamiento, han perdido la cuenta de los días que llevan allí, y la angustia crece porque nadie sabe cuándo acabará ese viaje hacia el horror. Y no obstante, a veces, una simple palabra que pronuncia un compañero despierta toda clase de recuerdos, apenas lo único que queda en esos momentos. Así, mediante saltos al pasado, pero también al futuro, Semprún traza con magistral prosa los itinerarios de esas vidas (algunas truncadas para siempre, otras milagrosamente preservadas) atrapadas por el torbellino fatal de la historia.
Jorge Semprún nació en
Madrid en 1923. En 1939 su familia se trasladó a París. Miembro de la
resistencia durante la ocupación alemana, en 1943 fue enviado al campo de
concentración de Buchenwald. Tras su liberación en 1945, ya afiliado al Partido
Comunista en el exilio, se entregó a una intensa actividad clandestina en
España. Entre 1988 y 1991 fue ministro de Cultura de nuestro país. Su labor
literaria ha merecido un amplísimo reconocimiento: el Premio Fémina en 1995, el
Premio Planeta (1997), el Premio de la Paz de los libreros alemanes (1994), el
Premio Jerusalén (1996) o el Premio Fundación Lara a la mejor novela en lengua
española publicada en 2003 por Veinte años
y un día.