Publicado en 1934 y considerado uno de los poemas más profundos e indispensables de Estados Unidos, El puente refleja una realidad inabarcable por compleja, la realidad de una América emblema de lo moderno, y lo hace con una técnica igualmente múltiple y fragmentada, mediante un lenguaje torrencial, anacrónico y compulsivo, de gran complejidad sintáctica y morfológica, salpicado de elipsis y expresiones de doble sentido, con un tono ciertamente extenuante.
El puente quiso ser una mística síntesis de Estados Unidos, en que la historia y los hechos se transfigurasen en una forma abstracta que operase de una manera independiente del tema. Como señala Agustí Bartra, constituye un símbolo resplandeciente que expresa las contradicciones del poeta, coincidentes con el momento de crisis de su país y de los años posteriores a la primera guerra mundial. Crane, heredero de Whitman en un tiempo y un país que este no habría reconocido ni aceptado, halló su gran metáfora en el puente de Brooklyn, del que dice: «sólo en la oscuridad tu sombra es clara».