GIL-ALBERT, JUAN / SILES, JAIME
El tiempo y su espuma. Correspondencia personal entre Juan Gil-Albert y Jaime Siles reúne veintisiete cartas inéditas entre los dos poetas valencianos, así como varios apartados que documentan valiosos testimonios de su amistad. Si bien la amistad entre Juan Gil-Albert y Jaime Siles se extiende entre el famoso encuentro de enero de 1970 hasta el fallecimiento del primero de ellos (1994), esta relación epistolar puede acotarse gracias al arco temporal que va desde 1970 hasta 1984. En cualquier caso, entendemos que la publicación de esta correspondencia puede representar un hito en sus respectivos historiales literarios, al mismo tiempo que arrojar luz sobre el panorama literario valenciano de la baja posguerra española. Aquí entra en juego la importancia del «decanato» de Juan Gil-Albert sobre el «grupo valenciano» y la funcionalidad historiográfica de su casa de Taquígrafo Martí, por donde pasarán Francisco Brines, Guillermo Carnero, Pedro J. de la Peña, Alfonso López Gradolí, Jenaro Talens, Jaime Siles o el propio César Simón. Así recorre este libro la correspondencia personal entre Juan Gil-Albert y Jaime
juan
gil-albert nació en Alcoy (Alicante) en 1904, en el seno de una
familia acomodada, y murió en Valencia en 1994. Licenciado en Filosofía y en
Derecho, publicó en 1936 su primer libro de poemas, misteriosa presencia. Al estallar la guerra civil española,
militó comprometidamente en el bando republicano; fue secretario de la
subsección de Literatura en la Alianza de Intelectuales Antifascistas, y
colaboró en la fundación de la revista hora
de españa, de la que fue secretario, así como en el Segundo Congreso
Internacional en Defensa de la Cultura. En 1939 se exilió en México, donde
trabajó con Octavio Paz en la revista taller
y escribió las ilusiones. Regresó
a España en 1947, y durante una larga etapa de «exilio interior», que duró más
de veinticinco años, publicó muy pocas obras, entre ellas los poemarios el existir medita su corriente (1949) y
concertar es amor (1951), hasta
su redescubrimiento con la antología poética fuentes
de la constancia (1972). A partir de 1974 aparecen numerosas obras,
entre ellas las prosas de crónica
general, la novela valentín
y el ensayo heraclés. gil-albert, cuya influencia en las
letras hispánicas no ha cesado de aumentar con el paso del tiempo, recibió la
Medalla de Oro de las Bellas Artes.