Reflexión sobre la filosofía del Talmud y, en particular, sobre el sentido, las implicaciones y las estrategias de la interpretación, el presente libro ofrece una «filosofía del Texto». La práctica del comentario como apertura de la palabra hace estallar el texto y saltar sus elementos: letras, palabras, frases, páginas, libros. Así el texto se inscribe en la inagotabilidad del sentido, en su ambigüedad y parpadeo, y permanece indefinido, abierto a interpretaciones siempre nuevas, «visible e invisible». Pero «el texto sólo se hurta si se le deja hurtarse». En esta búsqueda incesante de sentido, la lectura se hace actitud interrogante que se opone a toda violencia y a la voluntad insensata de tener razón. Pues «el movimiento de retirada necesario depende ante todo y esencialmente del intérprete, de su modo de ser enfrente del texto, de su manera de acercarse a él. A este modo de ser lo llamamos `caricia`».