Cuando, arrestado por el gobierno nazi, pasó a la prisión de Altaussee, las visiones repetidas de una muerte inminente prepararon en él el humus del que nacería su ya mencionada obra capital, La muerte de Virgilio, sin duda una de las novelas más importantes del siglo xx. Algunos de los poemas aquí recogidos laten en la misma atmósfera, y son como fragmentos de prosa o versos extendidos musicalmente siguiendo una pauta interior; otros se aproximan a la poesía popular que lo llevó a incorporar la rima y buscar la música audible de las palabras. Del prólogo, de Clara Janés
Hermann Broch, nació en Viena en 1886. En 1928, tras abandonar el negocio familiar, se dedicó por completo al estudio de la filosofía, las matemáticas y la psicología. Diez años más tarde emigró a Estados Unidos en donde fue profesor de la Universidad de Princeton. Además de LA MUERTE DE VIRGILIO, cabe destacar entre sus obras la trilogía Los sonánbulos, distintos ensayos literarios sobre Joyce y Hoffmansthal y un trabajo incompleto sobre la histeria colectiva. Murió en New Have, Estados Unidos, en 1951.