Aparecido en 1960, ESGRAFIADOS supone la vuelta de JÜNGER a uno de sus géneros predilectos: la colección de fragmentos, escenas, observaciones y apuntes que el escritor alemán ya había cultivado en EL CORAZÓN AVENTURERO. Alternando razón e intuición, análisis minuciosos y esas fulgurantes visiones unificadoras que hacen de él un autor inimitable, JÜNGER reflexiona sobre los rasgos que la técnica, el movimiento y la velocidad confieren a nuestra época, y sobre el peligroso olvido de la naturaleza. también ofrece insólitas perspectivas de autores y personajes históricos, meditaciones sobre el valor simbólico de las etimologías y la espesura de relaciones y correspondencias en que nos hallamos inmersos. A su vez, CARTA SICILIANA AL HOMBRE DE LA LUNA, publicada en 1930, exhibe resonancias claramente nietzscheanas, no sólo por la exaltación poética de su estilo sino por el tono visionario y el enigma filosófico que nos plantea. El «hombre de la luna» es ese rostro que la fantasía de los niños proyecta a veces en los valles y los cráteres de la superficie lunar y que para JÜNGER evoca una comprensión más honda de la existencia. JÜNGER reivindica aquí, por tanto, una «mirada estereoscópica», un lenguaje capaz de penetrar en los símbolos de la realidad, pues «lo real es tan mágico como lo mágico es real».
Escritor alemán nacido en Heidelberg. A lo largo de sus 103 años, se transformó en uno de los hitos culturales fundamentales del siglo, no sólo en Alemania, sino en todo Occidente. Inmerso en un siglo convulso, portavoz no oficial de la Kultur germana tan denostada entre 1914 y 1945, sufre en su propia carne los prejuicios que la propaganda achaca a esta Kultur en todo su sentido negativo, prejuicios que, por extensión, no han dudado en esgrimir sus detractores en todo tiempo y lugar. No obstante, al conocedor de su obra no le queda más remedio que doblegarse y, aún no estando de acuerdo con todos sus postulados, reconocer su relevancia en el desarrollo cultural del siglo XX. Participó como voluntario en la primera guerra mundial. La experiencia de aquellos años terribles quedó reflejada en Tempestades de acero, primer tomo de sus Diarios. Terminada la contienda, alternó su afición a escribir y viajar con los estudios de zoología y filosofía. Dentro del conjunto de su extensa obra, ocupan una posición central los Diarios, que ofrecen el testimonio de una trayectoria intelectual que se extiende a lo largo de casi ochenta años. Su obra, polémica donde las haya, ha ido sobreviviendo a los avatares de la Historia gracias a la sedimentada lucidez con la cual ha vivido y dado cuenta, desde una posición personal siempre incómoda y delicada, de los acontecimientos que han ido marcando un siglo cargado de convulsiones de toda índole. Escribió entre otras obras, Acercamientos, La emboscadura, El libro del reloj de arena, Radiaciones (Vol. 1 Diarios de la Segunda Guerra Mundial), Radiaciones (Vol. 2 Diarios de la Segunda Guerra Mundial), Pasados los setenta I (Radiaciones Vol. 3), Tempestades de acero, La tijera, El tirachinas y El trabajador.