Jugar es una actividad tan necesaria como dormir o comer. Para los mamíferos constituye parte esencial del aprendizaje en el comportamiento social. Mediante el juego aprenden a relacionarse, a cazar, luchar y sobre-vivir. Las personas no escapamos a esta regla, al contrario: somos individuos lúdicos desde la infancia, lo seguimos siendo en la edad adulta e incluso en la vejez. El juego es, ante todo, una actividad social de la que nadir puede ni debe ser excluido a despecho de sus limitaciones físicas o psíquicas. Cualquier niño necesita jugar para desarrollarse y dar cauce a sus sentimientos más profundos. Este libro pretende ser gozosa ocasión para permitir a todos la participación en la antividad más antigua: el juego. En la medida que lo consiga, habrá logrado su objetivo.